lunes, 31 de diciembre de 2012

Capítulo 26




CONOCIENDO A CINCUENTA SOMBRAS CONTINUA

Capítulo 26

"Quiero que estés lista y esperándome en mi cuarto de juegos en quince minutos. Puedes prepararte en tu habitación. Por cierto, vestidor está lleno de ropa para ti. No quiero ningún argumento acerca de esto. "
Dicho eso, me dirijo hacia mi estudio.
Le he dado muchas vueltas a la planificación de nuestra segunda escena en mi cuarto de juegos. Elena me aconsejó que no me contuviera, que sea honesto y le demuestre a Ana toda la extensión de mis necesidades, castigando severamente su derecho desde el principio, como lo hizo conmigo, pero mi instinto me dice que debo seguir con mi introducción gradual, que siga seduciéndola con lo más suave, con los aspectos más placenteros de BDSM para empezar  el camino correcto a seguir. Seducir - engañando más bien. Elena tiene razón – ella necesita conocer a Grey, ella necesita saber lo que es ser el hijo de puta depravado que realmente eres. A ti te gusta golpear a las  pequeñas niñas de cabello castaño como ella - ¿te acuerdas?

Siempre he querido hacerlo con Spem en Alium, también conocido como el 'Motete para cuarenta' por Thomas Tallis. Así que mi pensamiento es darle a Ana una experiencia intensamente placentera  donde yo esté totalmente al mando, no dejarla verme ni oírme, mientras la música suena directamente para ella. Quiero que ella se sienta totalmente impotente - esposada y con las piernas abiertas sobre la cama, porque así es como la he imaginado desde que cayó en mi oficina. Y ahora creo que ella esté preparada para disfrutarlo.

Esto significa que tendrá que confiar en mí totalmente. Voy a utilizar diferentes juguetes con ella, para saborearla como a un instrumento sexual, como parte de la música. El placer que yo le daré estará más allá de cualquier cosa que haya experimentado jamás. Luego, una vez que  entienda que puede confiar completamente en mí esta manera, puedo avanzar con ella , para que confíe en mí siempre que lo considere oportuno, para castigarla, confiar en mí lo encontrará una experiencia positiva. Estoy seguro de que este es el camino a seguir con Anastasia.

Y va a ser muy impresionante para mí también. Porque ya he aliviado un poco de mi tensión sexual con las dos veces de la ducha, voy a ser capaz de ejercer un mayor control sobre mi mismo, podré follármela lentamente al ritmo de la música.

Le doy quince minutos para prepararse y estar esperándome. Lo tengo todo  listo y ya me he puesto mis pantalones vaqueros rasgados azules en sólo un par de minutos, así que tengo que esperar mucho, pero todavía la hago esperar  cinco minutos más , incrementando la tensión, haciendo que mi deseo crezca.

Entra entonces mientras me paseo por mi sala de juegos - y me gusta muchísimo  lo que veo. Anastasia se ha colocado perfectamente, de rodillas como le había indicado, las piernas separadas a la distancia correcta, las palmas colocadas en sus muslos. Recuerda no levantar la vista al entrar, a pesar de que se lame los labios nerviosamente.

Está más que hermosa allí arrodillada, con sus apenas pequeñas bragas blancas de encaje, mientras poco a poco voy dando  la vuelta alrededor de ella para inspeccionar a mi Anastasia sumisa. 

Liberada de cualquier restricción, sus pechos redondos, llenos están muy bien.  Ella tiene unos pechos realmente hermosos.  No hay duda.  Y son sólo míos.  No son ni demasiado grandes, ni demasiado pequeños.  Me gusta mirarlos de perfil, para poder ver sus pezones erguidos,  orgullosos,  listos para que juegue con ellos.

Poco a poco me encamino a los cajones y escojo los elementos que voy a utilizar esta noche, dejándolos en la parte superior fuera de su vista.  Ella no tiene ni idea de lo que son, por supuesto.  Entonces vuelvo a estar delante de ella.  Por un breve momento, considero ordenarle que bese mis pies descalzos, al igual que Elena solía hacerme para que besara sus zapatos de tacón alto, pero descarto rápidamente ese pensamiento de mi mente ya que no quiero esa imagen rondando por mi cabeza y que eche a perder este momento.

"Estás fantástica,"  le murmuro suavemente.  Creo que necesita que se lo diga constantemente, ya que nunca parece entender lo hermosa que es.  Tengo que trabajar en la mejora de su autoestima.  Para reforzar el mensaje, le agarro la barbilla y la obligo a mirarme. "Eres una mujer hermosa, Anastasia.  Y eres toda mía.  Ponte de pie."

Obedece con nerviosismo.  Tiene razón por ponerse nerviosa conmigo, su Dominante.  Me gusta el poder que siento aquí, en mi cuarto de juegos.  Este es mi mundo, y ella está bajo mi control.

"Mírame. No tenemos un contrato firmado, Anastasia.  Pero hemos discutido límites.  Y quiero recordarte que tenemos palabras de seguridad, ¿de acuerdo?"  normalmente es una chica valiente, pero siempre existe el peligro de que le entre el pánico con lo que tengo planeado para ella. "¿Cuáles son las palabras de seguridad, Anastasia?"

"Amarillo", murmura.

"¿Y?"

"Rojo".

"Acuérdate".

Está totalmente desconcertada, o es excitación lo que veo? Ella levanta las cejas, a punto de replicarme descaradamente, pero se corta al ver mi mirada dura de Dominante.

"No empieces con tus comentarios irónicos aquí, señorita Steele.  O te la follare mientras estas de rodillas.  ¿Entiendes?"

No es lo que tengo planeado, pero me encantaría volver a llevar a cabo mi amenaza.  Es otra de las cosas que he querido hacer desde que la vi por primera vez.  Hacerla arrodillarse delante de mí, con las manos fuertemente atadas a la espalda, para que pueda mantener la cabeza alta y follarme su boca.  Esto es diferente de cuando ella me lo hace a mi, porque de esta forma estoy totalmente al control, ella sólo se arrodilla allí indefensa, lista para darme placer, sin embargo me gustaría.  Es algo que siempre he querido.  Y lo voy a hacer con ella pronto.   Quiero demostrarle que su boca inteligente puede estar bajo mi control.

Pero por ahora puedo ver que está afligida mientras traga y parpadea nerviosamente.

"¿Y bien?"

"Sí, señor", murmura.

"Buena chica." Me gusta ver que la estoy intimidando, así es como debe ser.  Pero también necesito que se tranquilice, ella tiene que confiar en mí.

"Mi intención no es que uses las palabras de seguridad porque sientas dolor, pero lo que voy a hacerte será intenso, muy intenso, y necesito que me guíes, lo entiendes?"

La veo mirándome confundida.  Tengo que recordar que ella es inexperta.  Esta es sólo su segunda vez en mi cuarto de juegos.

"Se trata del tacto, Anastasia.  No serás capaz de verme ni oírme, pero serás capaz de sentirme."

Ella frunce el ceño.  Realmente no tiene ni idea del regalo que he planeado para ella.  Sonrío para mis adentros mientras empiezo a subir la música.  Ella es una chica con suerte.  Aún no he follado con nadie de esta manera.

"Voy a atarte a la cama, Anastasia. Pero te voy a vendar los ojos primero y no serás capaz de escucharme. Todo lo que oirás es la música que voy a poner para ti.". Levanto el Ipod para que lo vea

"Ven."

La llevo a la cama, encima de sábanas de satén rojas. Me encanta la sensación de raso, porque es muy sensual.  El rojo es el tema de mi cuarto de juegos, porque es un color extremadamente erótico.  Hmm, podría introducir una norma de llevar pantys rojos en mi cuarto de juegos.  Pero reconozco que me gustan bragas negras,  las bragas blancas - cualquier cosa que sea sexy, sedoso y con encaje.

"Quédate aquí". Me inclino y le susurro al oído.  "Espera aquí. Mantén tus ojos en la cama.  Imagínate yaciendo aquí atada y totalmente a mi merced".

Después de haber preparado el terreno, voy a buscar una goma de pelo y el látigo  que he seleccionado para usarlo esta noche. Ella todavía está de pie mirando a la cama mientras le indico cuando se de la vuelta.  Bien.  Me paro detrás de ella para trenzar su precioso cabello largo.  Todos las sumisas deben tener el pelo largo – cuanto más largo mejor.  Me gusta más recogerlo en dos coletas, pero ahora tengo prisa ahora, estoy impaciente por empezar a jugar, así que esto es lo que hay.

Una vez que he acabado con la trenza, tiro de ella hacía atrás en contra mío, jalando su cabeza a un lado. Mmm, ahora puedo acariciarle el cuello y saborear lo suave y encantador que es.  Yo murmuro contra esta área sensible mientras la delineo suavemente con los dientes y mi lengua, sabiendo que ese sonido resonará en su interior.  Funciona, porque empieza a gemir.

"Calla ahora".

Le muestro el látigo que tengo en mi mano.



"Tócalo," le susurro.

Ana extiende la mano vacilante y siente los flecos suaves de gamuza. He elegido este instrumento con mucho cuidado, porque no es demasiado aterrador ni doloroso. ¿Pero Christian, la has azotado? La voz de Elena me viene a la cabeza, así que lo ignoro, así es mejor, mucho mejor para Ana.

"Usaré esto.  No te hará daño, pero hará que tu sangre suba hasta la superficie de la piel, y te sensibilizará. ¿Cuáles son las palabras de seguridad, Anastasia? "

"Um ... amarillo y rojo, Señor", susurra en voz muy baja y asustada.

"Buena chica.  Recuerda, el mayor miedo está en tu mente" intento tranquilizarla, mientras dejo caer el látigo en la cama para que pueda quitarle las bragas, ya que son inutiles ahora.  Miro con cariño a su dulce trasero perfecto.  Me inclino para besarlo, entonces no puedo resistirme a morderlo un par de veces, porque es muy delicioso y tentador.  Pero todo a su tiempo, ya que se pregunta cuáles son mis intenciones.

"Ahora acuéstate. Boca arriba" le ordeno, mientras la golpeo duro en su maravilloso culo. Suena con un chasquido fantástico, pero también hace que se sobresalte.  Claramente la he llevado ya al borde.

Rápidamente se arrastra sobre la cama y se acuesta, mirándome. Sí, aquí es donde la he imaginado, esto es exactamente donde yo la quería.

"Las manos por encima de tu cabeza," el ordeno, y lo hace inmediatamente.  Está aprendiendo.  Ves Grey, aquí hay una sumisa en potencia.

Voy a por la máscara para los ojos y el iPod, tomándome mi tiempo, sabiendo que ella me está mirando fijamente con los ojos completamente abiertos,  que, ahora mismo, parecen demasiado grandes para su cara.  La anticipación es parte del plan, y sé que ella está emocionada y asustada.  Buena combinación, consigue la mezcla perfecta de hormonas zumbando a través de sus venas.

Le explico cómo funciona el Ipod exactamente, ya que ella no había visto ninguno como estoe antes.  Naturalmente, es el sistema más nuevo y moderno del mercado.

"Puedo escuchar lo que estás oyendo, y tengo un mando a distancia para controlarlo", le digo, antes de insertarle los auriculares suavemente en los oídos.

"Levanta tu cabeza."

Deslizo suavemente la máscara por su cabeza, así que ahora está completamente ciega.  Su respiración se vuelve superficial y errática.

Luego la cojo del brazo izquierdo y se lo extiendo hacia arriba para poder esposarla por muñeca y con los dedos le hago cosquillas tranquilizadoras por el brazo, y repito la técnica con el brazo derecho.

Se la ve increíblemente caliente y sexy así, y ya no puedo estar más emocionado y cachondo.

"Levanta otra vez la cabeza" le ordeno, y así pueda agarrarle los tobillos y tirar de ella hacia abajo de la cama. Sus brazos quedan totalmente estirados y de esa forma no puede moverse. Perfecto.

Primero le esposo el tobillo derecho, la dejo. Me levanto y miro con asombro como está tendida sobre la cama con las piernas abiertas y extendidas, totalmente desvalida.  Es mucho mejor la realidad que mi imaginación.  Desnuda y natural.  Me sorprende lo mucho que me gusta el hecho de que ella no se ha hecho todavía la depilación brasileña completa.  Otra primera vez para mí, pero eso es Anastasia - natural y diferente de todas los demás.

Pongo la música, y entonces empiezo.

Para el primer nivel de su excitación erótica, he seleccionado un guante de masaje de piel de marta rusa, la piel más cara del mundo debido a su lujosa suavidad.



La acaricio suavemente con él, por su garganta, su cuello, sus pechos, y atormento sus pezones.  Arrastro el guante por su vientre, rodeando su ombligo, luego a través de su cuerpo de cadera a cadera, entre las piernas, hasta el muslo, la pierna, luego de vuelta a la otra pierna, por la espalda hasta que su cuerpo desea que vuelva a empezar.

Ana empieza a respirar con dificultad, pero parece estar sobrellevando bien la situación, ya que la música coral América resuena en su cabeza, así como en el cuarto de juegos.

A continuación, repito el mismo lento proceso sensual con el látigo, con cuidado a través de su cuerpo para excitarla.

Luego, al ritmo de la música, de repente azoto su vientre con el látigo, una vez, y otra vez, en esta segunda vez más fuerte.  No lo suficiente para ser doloroso, pero lo suficientemente fuerte para que su piel reaccione y aumente su respuesta.

Ana clama en estado de shock, y trata de moverse, pero no puedo porque la tengo contenida con fuerza.  Con el siguiente crescendo de la música, le azoto  sus pechos, y ella grita de nuevo.  Voy a flagelarla por todo su cuerpo al ritmo de la música, hasta que se detiene.

Hago una pausa.

A continuación se repite la música, así que empiezo a azotarla otra vez, y ella se retuerce y gime. Espero que no sea demasiado abrumador y que presa del pánico use las palabras de seguridad,
porque estamos llegando a la mejor parte.

La música cesa, ya que ha completado la segunda repetición.

Es hora de pasar a la siguiente etapa, ya que la música se inicia por tercera y última vez.

Me subo a la cama y me inclino sobre ella, en sustitución del látigo por mi cuerpo. Esta vez uso mi nariz y mis labios para excitarla. Me detengo en sus pechos mientras le chupo y atormento sus pezones, haciéndola gemir aún más fuerte, y podía pasar mucho tiempo así, pero mi horario se establece por la música, y no debo perder mi apunte cuidadosamente planeado.

Me muevo por su cuerpo hasta llegar a mi meta, al meollo, la perla especial de placer.  Su clítoris.  Está tan excitada que a medida que lamo suavemente, ella echa la cabeza hacia atrás mientras grita y casi llega de inmediato, así que paro de golpe.  Todavía no, nena.

Me arrodillo entre sus piernas, y libero las ataduras de sus tobillos, masajeando suavemente las piernas para aliviar cualquier rigidez.

Le levanto las caderas, arqueando la espalda para que ella descanse sobre sus hombros. Sin ningún preámbulo o advertencia, le golpeo duro al tiempo con la música, derecho hacia adentro. 

Joder, ella se siente bien, ella está húmeda y lista para mí.  Ella grita y siento su orgasmo inminente temblando, así que paro de nuevo.  Todavía no, nena.

"¡Por favor!" Me suplica.  La agarro duro por sus caderas a modo de advertencia.  Yo tengo el control.  Ella no puede influir en lo que va a suceder.  Ella debe esperar.

Poco a poco comienzo a moverme, retirándome, a continuación, muy lentamente entro de nuevo, mi ritmo se guía con la música, sólo aumenta cuando el tempo de la música gloriosa lo hace. 

Necesito de todo mi autocontrol para no seguir mi instinto natural de follarme a Ana tan rápido y fuerte como pueda, pero me resisto.  Autocontrol.  Años de entrenamiento están  dando sus frutos.

Esta vez, cuando ella vuelve a pedírmelo, el momento es perfecto.

"Por favor" me ruega de nuevo.  Sí, ahora si nena!

Bajo su espalda sobre la cama y me coloco encima mientras apoyo mi peso en ella.  Ahora entro duro, muy duro y profundo, al igual que los clímax musicales.  Y lo mismo ocurre con Anastasia.  Ella grita en voz alta con la intensidad de su orgasmo inmediato que sigue y sigue, mientras aprieta sus músculos y siento olas de espasmos de placer intenso alrededor de mi polla.

Tardo sólo tres envestidas más para unirme a ella, volando sobre el borde para soltarme dentro de ella, llego a un clímax demasiado intenso.  Tan intenso que veo las estrellas y luces intermitentes azules.

Que polvo más jodidamente increíble.

Me derrumbo encima de ella, y luego, lentamente, tiro de ella hacía mi.  La música se ha detenido, y suelto las esposas de sus muñecas, a continuación, le retiro la máscara de los ojos y los auriculares. 

Ella parpadea cuando me mira, aturdida y abrumada.

"Hola," murmuro, sonriendo ahora puedo ver sus hermosos ojos azules mirándome de nuevo.  Me inclino para besarla suavemente.

"Hola, a ti también", me saluda murmurando, deslumbrante por el post orgasmo.

"Lo has hecho bien.  Date la vuelta."

Veo una expresión de alarma en su rostro.  Es evidente que ella piensa que todavía no estoy satisfecho y quiero volver a follármela.  Bueno, nada es imposible ... cielos Grey, pórtate bien.

"Sólo voy a masajearte los hombros."  La tranquilizo.

Está destrozada.  Se pone de frente, y me siento a horcajadas sobre ella para empezar a masajearle los hombros. Por su sonoro gemido, supongo que le está gustando, y con ternura me inclino para besarla en la cabeza en agradecimiento por la gran experiencia que acabamos de compartir.

"¿Cuál era esa música?" Murmura.

"Se llama Spem in Alium, o el Motete para Cuarenta, de Thomas Tallis".

"Ha sido…. abrumadora."

"Siempre he querido follar con esta música."

"No es otra primera vez, Sr. Grey?"

"De hecho si lo es, la señorita Steele."

"Bueno, es la primera vez que follado con él también", murmura.

Así que debo haberlo hecho bien.  Nadie más ha estado donde yo he estado, y nadie más lo hará.

"Hmm ... tú y yo, estamos dándonos uno al otro muchas primeras veces," reflexiono.  ¿Es por eso por lo que estoy tan atraído por ella?

"¿Qué te dije en mi sueño, Chr - mmm, Señor" No va a darse por vencida sobre este está?  Mi pequeña  persistente.

"Dijiste muchas cosas, Anastasia. Hablaste de jaulas y fresas ... que querías más ... y que me echabas de menos."  Entre otras cosas.

"¿Eso es todo?"  Dice, claramente aliviada. ¿Por qué? Se me acaba de despertar el interés. ¿Qué podría haber dicho que la tiene tan preocupada? ¿Qué tiene ella que ocultar?

"¿Qué crees que dijiste?"  Vamos, suéltalo.

"Que pensara que eres feo, presuntuoso y que eres imposible en la cama," ella trata de bromear.

"Bueno, por supuesto que soy todas esas cosas, y ahora  me tienes muy intrigado. ¿Qué me escondes, señorita Steele?"  Puedo ser persistente también.

"No estoy escondiendo nada," protesta, pero me engaña.

"Anastasia, no sabes mentir."  Y me gusta eso de ella.  Me gusta que me digas la verdad. ¿Sabes cómo lo sé? Porque soy un fanático del control multimillonario/acosador, quien te ha seguido y monitorizado tus correos electrónicos y llamadas, por supuesto.

"Pensé que ibas a hacerme reír después de tener sexo, cosa que de momento no estás haciendo."  Trata de cambiar de tema. Sí, definitivamente esconde algo.

"No sé contar chistes." Desperdicio total de tiempo en mi opinión, el contar chistes.

"Señor Grey! Algo que usted no puede hacer?"  Me sonríe.

"No, totalmente inútil con los chistes." Y estoy orgulloso de ello. 

Las bromas son más de la especialidad de Elliot, desde joven.

"Yo también soy un desastre como bromista," se ríe también.

"Ese es un sonido muy hermoso," le susurro mientras la beso suavemente.  "Y sigues ocultándome algo, Anastasia. Puede que tenga que torturarte para sacarlo."

~ ~ ~

Cuando me siento a tocar mi piano por la mañana temprano, mi mente vuelve de nuevo a pensar en la situación con Leila. He dejado dormir a Anastasia como un bebé en mi cama, parecía un ángel dulce e inocente con su pelo desparramado sobre la almohada.  Por supuesto, Leila nunca durmió en mi cama, nunca nos acostamos a dormir juntos en absoluto, sólo follábamos juntos.  Bueno, me la follaba, y ella de buena gana y con alegría me dejaba usarla de cualquier manera que yo quería.  Porque eso es  lo que eres, Grey.  Un aprovechado.  Ella era una de los que querían más, pero yo ni siquiera lo consideré un instante.  Pero ella lo superó, encontró a alguien más e incluso se casó con ese hombre.  Entonces, ¿qué diablos ha pasado ahora? No importa cuántas vueltas le dé para lograr entenderlo, simplemente no tiene ningún sentido. ¿Y por qué no puede encontrarla, o saber algo de ella? ¿Cómo lo ha logrado? No vi lo inteligente y manipuladora que podía llegar a ser cuando Leila se convirtió en mi sumisa - ella parecía ser descarada y traviesa.  Pero resultó que era entrometida y fisgona.

Su mente enferma está jugando a algún tipo de juego conmigo? No puedo correr el riesgo, no puedo pasar por alto la posibilidad de que en realidad podría matarse, aunque el psiquiatra dijo acerca de que sea poco probable.  Tengo la idea rondando por la cabeza de que su estado de desequilibrio se debe al trato que le daba y ahora se siente mal por ello.  Yo no era bueno para ella, y la verdad es que no soy bueno para Anastasia. Sé que estoy siendo egoísta, pero no puedo dejarla.

Cuando empiezo a tocar la pieza, por segunda vez, miro hacia arriba y veo a  Anastasia.  Maldita sea, yo no quise molestarla, ella necesita dormir mucho más que yo.

"Deberías estar durmiendo."

"Al igual que tú", replica ella al instante.

¡Qué dulce, Anastasia me está regañando.  Hacía mucho que nadie lo hacía.  Elena me regañaba cuando yo era su sumiso, y luego me castigaba duramente por cualquier pequeña indiscreción que hubiera cometido, por lo que en cierto modo fue un alivio cuando finalmente terminó nuestra aventura.  Eso significaba que a la edad madura de veintiuno, podía  hacer exactamente lo que yo quisiera, sin nadie a quién responder.  Pero hasta la fecha, nunca llego tarde a ningún lugar, y voy siempre meticulosamente limpio y arreglado, porque eso era lo que Elena exigió de mí.

"¿Me está regañando, señorita Steele?"

"Sí, Sr. Grey, así es."

"Bueno, no puedo dormir."  Y estoy cabreado porque por lo general una vez que tengo a mi lado a Ana, duermo bien, pero esta mierda con Leila realmente me está jodiendo, así que me he levantado temprano.

Pero Ana parece saber instintivamente como calmarme, en voz baja viene y se sienta a mi lado en el taburete del piano, y suavemente descansa su cabeza en mi hombro mientras observa y juega conmigo.  Ella se relaja y disfruta de la pieza de Chopin que estoy tocando, y luego me pide que toque la pieza de Bach que toqué la primera noche que se quedó.  Puedo ver que la música le llega y la toca, mientras ella cierra los ojos y se pierde en ella.  Me encanta que ella aprecie una hermosa pieza.

"¿Por qué sólo tocas esa música tan triste?" Susurra ella, volviendo sus ojos hacía mi, en busca de una respuesta.

Me encojo de hombros.  Se adapta a mi alma, nena.

No me siento cómodo cuando ella comienza a interrogarme acerca de cuando yo era más joven, por cuándo comencé a aprender a tocar el piano.  Mi nueva madre tocaba el piano, así que supuse que le gustaría que yo lo hiciera.  Y yo haría cualquier cosa por complacerla, mi nueva madre era maravillosa.  Lo era entonces, como lo es ahora.

Cambio rápidamente de tema.

"¿Por qué estás despierta? ¿No necesitas recuperarse de los esfuerzos de ayer?"

Por supuesto, he olvidado que su cuerpo todavía está con la hora de Georgia, y Ana me recuerda que son las ocho de la mañana para ella, y que tiene que tomarse la píldora.  Estoy impresionado, pero le comento que debería empezar a ajustar el horario al de Seattle, retrasándolo media hora empezando hoy.

"Buen plan.  Entonces, ¿qué vamos a hacer durante media hora?"

Pregunta aparentemente inocente, pero sé por la mirada de sus ojos lo que está insinuando.  Y estoy seguro que es el tiempo más que adecuado para hacer algún juego sexy mañanero.  Sí, definitivamente estaría muy bien.

"Se me ocurren un par de cosas:" le sonrío.

"Por otro lado, podríamos hablar." Mierda. Basta de hablar ya.

"Prefiero lo que tengo en mente", le digo, mientras la siento en mi regazo.  Ella se siente y huele divinamente, y quiero tomarla aquí mismo, ahora mismo.

"Siempre prefieres tener sexo que hablar", dice riendo.

"Es verdad.  Sobre todo contigo” Le confirmo mientras entierro mi nariz en su pelo, y la beso en ese suave lugar especial detrás de la oreja que me resulta particularmente atractivo.

Le susurro al oído. "Tal vez en el piano."

Siento su cuerpo contraerse en respuesta, pero todavía no se dará por vencida con la mierda  de hablar.  Tengo que trabajar más duro para distraerla.  El sexo prevalece sobre hablar.  La beso suavemente hasta el fondo de su cuello, y luego por la cabeza hacia abajo, a su hombro.  Ella tiene una piel maravillosa, y huele tan dulce por todo el cuerpo.

"Quiero dejar algo claro", continúa, a pesar de que su respiración es cada vez más errática, cuanto más al sur me dirijo con mis besos.

"Siempre tan ávida de información, señorita Steele. ¿Qué necesitas dejar claro?"

"Nosotros", susurra.

Consigue toda mi atención. "Hmm. ¿Qué pasa con nosotros?"

"El contrato."

"Bueno, creo que el contrato es discutible, ¿no?"  Le toco suavemente su mejilla suave. ¿Qué tiene que ver ahora un pedazo de papel?  Todo esto es nuevo, porque nunca he tenido novia antes. 

Con Ana, he ido más allá de cualquier cosa que haya hecho antes, con contrato o sin él.  Está confundida.

"Estabas muy interesado".

"Bueno, eso era antes.  De todos modos, las reglas no son discutibles, ellas siguen en pie."  No creas que esto te vaya a salir gratis.

"Antes? ¿Antes de qué?"

"Antes de ... 'más'.  Además, hemos estado en la sala de juegos dos veces, y no has salido huyendo"

¿Cómo puedo poner en un contrato donde nos encontramos ahora?

Todavía no estoy seguro de mí mismo, estamos haciendo nuevas reglas sobre la marcha. Pero sigo con la necesidad de seguir las normas existentes también.  Tengo que saber que está a salvo.  Y todavía tengo que castigarla si rompe las reglas.  Y eso es lo que ella quiere que le aclare.

"Y si rompo una de las reglas?"

"Entonces te voy a castigar".

"Pero solo con mi permiso, no?"

"Sí, así es," Admito a regañadientes, recordando cuán frustrante fue cuando se negó a dejarme azotarla en el cobertizo.

"¿Y si digo que no?" Nadie me dice que no  - sólo tu.

"Si dices que no, dirás que no.  Voy a tener que encontrar una manera de persuadirte." Usaré probablemente todas mis armas.

Anastasia se separa de mí para ponerse de pie.  Ella me mira. ¿Por qué está siendo así cuando las cosas estaban al rojo vivo entre nosotros, listos para algo de sexo del bueno sobre el piano?

"Así que el tema de los castigos sigue en pie", aclara.

"Sí, pero sólo si rompes las reglas."

"Voy a tener que volver a leerlas".

"Las voy a buscar."

Decido también que deberíamos tener este tema resuelto lo antes posible y salgo disparado hacía mi estudio en busca de  la documentación.  Podemos tener las cosas claras para que entienda cómo debe actuar, lo que debe hacer para asegurarse de que está a salvo y bien, y para estar por mí en todo momento.

Son bastante claras y sencillas, aunque tengo que hacer rápidamente algunos ajustes en el contrato, que recuerdo que se quedaron sin encajar un par de puntos la última vez que lo discutimos.  Realmente no estoy nada contento con ella se niegue a seguir la lista de los alimentos recomendados  ya que creo que  realmente es algo de lo que ella se beneficiaría, pero no tengo opción, ya que ella dijo que era un punto innegociable.

Por lo menos, no me montó escándalo antes, cuando le hablé de la ropa que pedí para ella en Neimans.  No puedo esperar a verla con algo de ropa decente y con clase, en lugar de la basura barata que normalmente usa, aunque tengo que admitir que sin nada ya se la ve increíble, sin nada en absoluto.  Pero ella se merece lo mejor.

Cuando vuelvo, me la encuentro en la cocina tomando la píldora. 

Bueno.  Me siento en la barra y le pongo el contrato en la mano para que se lo lea.  Lo estudia con cuidado en lo que parece una eternidad.

"Así que la cosa de la obediencia sigue en pie?" Me frunce el ceño.  Esto es obviamente uno de sus puntos de fricción.

"Oh sí," confirmo con una sonrisa.  Sí, nena, eso es lo más importante para un obseso del control como yo.  Y luego me pongo a castigar si me desobedecen. Me encanta  repartir un castigo bien merecido.

Ella niega con la cabeza y me pone los ojos en blanco, entonces se da cuenta de lo que ha hecho.

"¿Acabas de ponerme los ojos en blanco, Anastasia?" Empieza el juego! Le he explicado antes lo que iba a pasar, no  puede decir que no la he advertido.

"Posiblemente, depende cuál sea tu reacción".

"La misma de siempre."  Te tumbo en mi regazo y te doy unos azotes en el culo, para luego follarte, Srta  Steele.  Esto es incluso mejor que un polvo en el piano.

"¿Quieres pegarme ahora?"

"Sí.  Y lo haré. "

"Ah, sí, señor Grey?" La Srta Steele quiere jugar al parecer, parece que me está retando.

"¿Vas a detenerme?" Esto podría ser divertido.  Me parece que me gusta un poco de resistencia, me resulta excitante.

"Vas a tener que atraparme primero", me dice.  Está tan podidamente sexy, y me pone tan podidamente caliente cuando se muerde su tierno labio inferior que hasta aquí hemos llegado, empieza la diversión.

Me pongo de pie para empezar a acosarla, ya que poco a poco empieza  alejarse.  Si piensa que puede conseguir escaparse de mi, está muy equivocada.   Realmente pagará el precio de este juego, aunque me resulta tan excitante como el infierno.

"¿Vas a venir sin rechistar?"

"Alguna vez lo he hecho?"

Me estiro para agarrarla, pero ella chilla y se las arregla para esquivarme.

"Podemos hacer esto todo el día, nena, pero lo conseguiré  y va a ser peor para ti cuando lo haga", le advierto.

"No, no lo harás."

"Cualquiera pensaría que no quieres que te atrapen."  Nena, que te atrape será lo de menos.

"No quiero.  Ese es el punto.  Siento por los castigos lo mismo que tu sobre que te toquen ".

Con estas palabras, es como si Ana me diera un puñetazo en la tripa, con fuerza.  Que me toquen es un límite infranqueable,  absoluto e irrefutable para mí, y ella dice que la estoy poniendo en el infierno cuando la castigo?  Mierda, eso me pone en la misma liga que el hijo de puta que me usó como su cenicero.

"Así es como te sientes?"

"No, no me afecta tanto como eso, pero te da una idea", murmura, retrocediendo un poco mientras me mira con una expresión cautelosa.

"Tanto lo odias?" le pregunto, ella viene y se para frente a mí y me mira directamente a los ojos.  Sé que no está mintiendo, así es como ella realmente siente.  Me doy cuenta de que esto significa que, básicamente, la estoy tratando de la misma manera que el chulo y la puta drogadicta me trataron.  Y todo es puramente para mi propio placer, no el de ella.

"Bueno ... no.  Me siento ambivalente al respecto.  No me gusta, pero no lo odio", trata de aclarar.
Así que ¿por qué no ha salido corriendo? ¿Por qué sigue aún aquí?

"Pero anoche, en la sala de juegos ...?"  Estoy confundido.  Ella parecía disfrutar de todo lo que le hice entonces, y estoy seguro de que no era sólo una actuación.

"Lo hice por ti, Christian, porque lo necesitas.  Yo no.  Anoche no me hiciste daño. Eso fue en un contexto diferente, y puedo racionalizarlo internamente, y confío en ti.  Pero cuando quieres castigarme, me preocupa que me hagas daño."

Intento digerir estas palabras en mi cabeza.  Tiene razón, por supuesto.  Voy a hacerle daño.  Ese es el fin de un castigo.  Y no puedo hacerlo  pensando en 'esto me duele más a mi que a ti'.  Lo disfruto.

"Yo quiero hacerte daño.  Pero no más allá de algo que puedas soportar" Estoy tratando de ser honesto, pero no quiero asustarla.

"¿Por qué?"

"Simplemente lo necesito." Eso es lo más lejos que puedo decirle, la
verdad es demasiado impactante. "No puedo decirte más."

Saldrías por la puerta en un segundo si supieras la verdad.

"¿No puedes o no quieres?"

"No quiero."

"Así que sabes por qué."

"Sí".

"Pero no me lo dirás."

"Si lo hago, va a salir corriendo de la habitación, y no querrás volver.  No puedo arriesgarme  a eso, Anastasia ".

"¿Quieres que me quede?"

"Más de lo que imaginas.  No podría soportar perderte."
La agarro para rodearla con mis brazos y besarla, para transmitirle lo desesperadamente que quiero que se quede.  Como me gustaría no llevar toda esta mierda en mi cabeza, que me hace ser un jodido cincuenta sombras.  No quiero que huya de mi.

"No me dejes.  Has dicho que no te deje y me pediste en sueños que no me fuera" declaro, mientras beso sus labios suavemente.

"Yo no me quiero ir", murmura de nuevo.  "Enséñamelo".

"Que te enseñe el qué?"

"Enséñame cuánto puede doler"

"¿Qué?"

"Castigarme. Quiero saber lo malo que puede ser "

Estoy sin palabras. Después de todo lo que acaba de decir, ahora me está pidiendo que la castigue? Estoy muy confundido.

"Quieres probar?"

"Sí. Dije que lo haría."

"Ana, eres tan confusa."

"Estoy confundida también.  Estoy intentando resolverlo.  Y tú y yo sabremos, de una vez por todas, si puedo hacer esto. Si yo puedo aguantarlo, entonces tal vez... "

Ahora veo a dónde quiere ir a parar.  Ella quiere ser capaz de tocarme.  Ella piensa que si puede soportar que la castigue, voy a intentar soportar que ella me toque.  No estoy seguro de si esto podría funcionar.

Pero lo que acaba de decirme Ana refleja el consejo que me dio Elena.

"Tienes que hacerle entender, no te guardes nada, se totalmente honesto y muéstrale  con extrema exactitud cómo son tus necesidades.  Si ella es la chica que creo que es, lo aceptará y lo hará por ti."

Tomo una decisión.  Agarro el brazo de Ana, salimos de la habitación y subimos a mi cuarto de juegos.  Este día tenía que llegar, así que por que posponerlo por más tiempo? Ella es una joven valiente, y como Elena me dijo, ella merece saber exactamente en lo que se está metiendo con un hombre tan jodido como yo.  Soy lo que soy.

"Te voy a enseñar lo malo que puede ser, y así sabrás lo que hay y podrás tomar tu propia decisión. ¿Estás lista para esto?"  Le pregunto  cuando llegamos a la puerta de mi cuarto de juegos.
Ana palidece, y sólo asiente con la cabeza.  Pero no dice que no.
Abro la puerta y cojo mi cinturón de cuero marrón favorito de la parrilla al lado de la puerta.  Es como un viejo amigo que se siente cómodo y tranquilizador en la mano.



La llevo hasta el banco de cuero rojo en la esquina más alejada, y le ordeno que se incline sobre él.  Me alegra ver que ella cumple sin dudarlo.  Mira, está lista para esto.

Inspiro profundamente unas cuantas veces mientras me transformo en Dominante.  Dejo que la parte de mi especial cerebro tome el control de mis actos.  Me siento tranquilo y entusiasmado con esto.  Esto es lo que hago.  Esto es lo que me gusta hacer.  Será para mí un placer enorme.

"Estamos aquí porque has dicho que si, Anastasia.  Y te has escapado de mi, Voy a azotarte seis veces y contarás conmigo”
Siempre soy un Dominante justo y razonable.  Todo esto es parte de la puesta en escena.  Estoy explicándole por qué este castigo está justificado, y en lo que va a consistir.  Y sólo voy a golpearla seis veces.  Elena nunca me pegó menos de doce veces - nunca.  Pero voy a ser suave con Ana.

Mientras ella sigue inclinada sobre el banco poco a poco le levanto el dobladillo de su bata de baño, por lo que ahora se siente más expuesta y vulnerable de lo que estuvo  la primera vez que entro en esta habitación. Admiro y luego acaricio sus  pálidas y hermosas nalgas, para calentarlas y prepararlas para lo que estoy a punto de desatar sobre ellas.  Cuando terminen tendrán un aspecto jodidamente  increíbles, brillarán en un bonito color rosa.

"Estoy haciendo esto para que recuerdes que no debes huir de mí, y por muy emocionante que sea, no quiero que huyas de mí", le digo en voz baja.  "Y me has puesto los ojos en blanco.  Sabes lo que siento por eso."

Estoy en el momento.  En el lugar al que voy en mi cabeza cuando le doy una paliza a las pequeñas chicas de pelo castaño.

Con mucho cuidado descanso mi mano en la espalda de Ana para sostenerla en su lugar.  Poco a poco levanto el brazo, y rápidamente lo bajo con toda la fuerza de la que soy capaz, por lo que el cinturón  muerde fuertemente su hermoso culo en un golpe perfectamente colocado.

Toma eso, jodida puta drogadicta de mierda.

Anastasia grita.

"Cuenta, Anastasia!"

"¡Uno!" Escupe la palabra.

Levanto mi brazo, lo vuelvo a bajar de nuevo, puedo que con más fuerza esta vez.

¿Por qué me dejaste, maldita puta drogadicta de mierda?

"Dos "  Grita Anastasia.

Esto es lo que necesito.  Esto me sienta bien, me sienta bien.  Tengo el control y sanciono a quien merece ser castigado.

Levanto el cinturón de nuevo para darle otro golpe en su culo, que ya empieza a brillar maravillosamente.

Puta drogadicta de pelo castaño que me abandonó.

"¡Tres!" Ana grita, mientras el cuero de la cinta golpean  con un chasquido fuerte y satisfactorio. Me encanta ese sonido.

Maldita puta drogadicta.

No me reservo  nada en la cuarta. Ella tiene que saber, tiene que entender que esta es la manera en la que tiene que ser.

"¡Cuatro!" grita.

Drogadicta de mierda. ¿Por qué no me protegiste de él?

El siguiente golpe deja huella en su piel gratamente.

"Cinco!" Solloza.

Sólo estás recibiendo lo que te mereces, pequeña puta drogadicta.

El ultimo azote con el cinturón llega a ser incluso más fuerte que el primero.  Sólo han sido seis golpes, así que cada uno tiene que contar.

El castigo para la puta drogadicta que me dejó.

"Seis", susurra Ana en un sollozo ahogado, cuando el latigazo final le muerde dulcemente.

Y hemos terminado.  Vuelvo del momento.  Miro a Anastasia, aún postrada sobre el banco.

Ella lo ha hecho por mí.  Ha encajado  el castigo como una buena chica.  Es tan increíblemente valiente.  Dejo caer la correa y tiro de ella hacía mis brazos.

Pero en lugar de dejar que la calme, ella lucha y lucha por alejarse de mí.

"Déjame ir ... no ..." Ella me empuja con fuerza mientras trato de consolarla, y se vuelve para mirarme.

"No me toques", me susurra, mientras ella me mira con lo que parece puro odio. Hay lágrimas correndo por su rostro, que ella airadamente se quita con el dorso de sus manos.

"Esto es lo que realmente te gusta? A mi, así?"  Ana exige saber, mientras limpia su nariz que moquea con la manga de su bata de baño.

Sólo la miro, porque realmente no sé qué decir, cómo responder.  Ninguna sumisa había reaccionado así antes.

"Bueno, eres un jodido hijo de puta."  Me escupe sus palabras como  veneno puro.

"Ana", me declaro con ella, sorprendido por su reacción, pero completamente fuera de mi profundidad.

"No me vengas con “Ana”! Necesitas poner orden en toda tu mierda, Grey!", Declara, entonces se da vuelta y sale con rigidez de mi cuarto de juegos, cerrando la puerta silenciosamente detrás de ella.

¿Qué mierda he hecho?


No soy dueño de ninguno de los personajes de la trilogia de "Cincuenta Sombras". Pertenecen a E L James. Estoy simplemente tomando prestados los personajes para entretenimiento y no por beneficio economico. Por favor, consulte la página de aviso legal para más detalles sobre los derechos de propiedad intelectual de esta obra.

Con agradecimiento a Sirocco 968 por proporcionar la traducción al español